jueves, 1 de abril de 2010

CITA CON SILVIO

A desencanto, opóngase deseo

En realidad cualquier disco que hubiera hecho en estas fechas lo hubiera dedicado al 50 aniversario de la Revolución, porque el año pasado que fue cuando se terminó el disco y cuando debió haber salido se celebraba ese aniversario.
Se llama Segunda Cita porque hice un primer disco que se llamó Cita con ángeles y, recuerdo en la misma conferencia de prensa dije que veía venir la cita con los ángeles de mi tierra. En el interín hubo otro disco por el medio, porque a veces las canciones se van preparando. Uno va reuniendo material para los discos, buscando las canciones afines con lo que uno quiere decir, cuando tuve eso lo hice y por eso se llama Segunda Cita.
Me parece muy bien que el mundo hable de lo que desee hablar y me parece muy bien que nosotros, los cubanos, hagamos lo mismo. Me parece, siempre me ha parecido, no ahora, muy bien que se amplíe la posibilidad, el acceso a decir, a comentar, a criticar, a opinar, a discutir.
Creo que pertenezco a una generación que se caracterizó justamente por hacer un arte en ese sentido comprometido. Comprometido con eso, con la autocrítica, con la crítica, con el intercambio, con la discusión. Un arte en el que circulaba, que pretendía que circulara el pensamiento a través de él.
Y digo lo mismo, ahora, al cabo de todos estos años -no son 50 pero son ya cuarenta y tantos, 43 ó 44-: me parece muy bien; y para mí país es lo mismo, estoy viendo un poco amplificado últimamente situaciones hacia Cuba y contra Cuba que durante todos estos 50 años las he visto, idénticas. Y en este momento, quizás producto de las características de la tecnología, parece, pareciera, que hay como un consenso superior contra Cuba.
Pero yo, que llevo 50 años viviendo en Cuba, y que conozco todo eso que ha pasado, sigo teniendo muchas más razones para creer en la revolución que para creer en sus detractores.

Profundícese el surco de la huella

Hay un momentico en una canción, que se llama “Sea Señora”, que dice:
A desencanto, opóngase deseo.
Superen la erre de revolución.
Pareciera que quien pregunta la oyó. Claro si suprimimos la “r” de Revolución lo que queda es evolución. A eso me refiero. Es imposible que haya un mundo en semejante estado de reposo, ya sería el mundo de los muertos.
Y no, el mundo es el mundo de los vivos y el futuro es el futuro de la vida. Quizás este disco no sea tan controversial desde el punto de vista del debate internacional, como lo fue Cita con ángeles. Casi todas las canciones de Cita con Ángeles yo las hice en un mes y medio, una cosa así, y fue la conmoción que tuve por la agresión a Iraq, tanto que hubo un momento que tuve que quitar canciones, porque el disco era demasiado sangriento. Sí, sí, yo dije, bueno se van a querer suicidar los que escuchen esto, y tuve que aflojar y poner otros temas para suavizar un poco. Pero lo que decía es que quizás este disco no sea en ese sentido internacionalmente tan controversial, pero yo creo que sí puede ser controversial nacionalmente. Porque es un disco que está prácticamente vuelto hacia nuestra realidad, hacia los problemas de nuestra realidad, los conflictos que todos sabemos que hay, y bueno son ideas que como siempre un cantor lanza para participar de esa manera en el debate.

Sea señora la que fue doncella

Lee el texto de la canción “Sea señora”
Sea señora la que fue doncella.
Hágase libre lo que fue deber.
Profundícese el surco de la huella;
reverdézcanse sol, luna y estrellas
en esa tierra que me vio nacer.
A desencanto, opóngase deseo.
Superen la erre de revolución.
Restauren lo decrépito que veo,
pero déjenme el brazo de Maceo
y, para conducirlo, su razón.
Seguimos aspirantes de lo mismo
que todo niño quiere atesorar:
una mano apretada en el abismo,
la vida como único extremismo
y una pequeña luz para soñar.
Las fronteras son ansias sin coraje.
Quiero que conste de una vez aquí.
Cuando las alas se vuelven herrajes,
es hora de volver a hacer el viaje
a la semilla de José Martí.
Sí, esta es una de las canciones fundamentales. Curiosamente, y volviendo a la posible proyección, o la deficiente posible proyección internacional que pueda tener este disco, justamente las canciones que más hablan de los conflictos nacionales y de la vida de aquí en Cuba, son las que han ignorado las primeras críticas internacionales que ha tenido este disco. Por lo menos en Argentina. Las canciones que no menciona el crítico, son estas. Todas las que hacen referencia al conflicto nacional cubano las omiten, y es que no lo entienden, obviamente.
No es una idea nueva el concepto de reinventar la Revolución. Ha estado vigente siempre, lógicamente, y es cierto que no siempre se ha conseguido. Aveces hemos caído en la retórica, a veces nos hemos adormecido. Yo creo que este es un momento en que sí, la Revolución, la vida nacional, el país, pide a gritos una revisión de montones de cosas, desde conceptos hasta instituciones. Hay muchas cosas que hay que revisar en Cuba, donde he escuchado, siempre extraoficialmente y jamás por supuesto lamentablemente en nuestra prensa, que esas cosas se están revisando. Dios quiera que así sea.

Cuando las alas se vuelven herrajes

Yo creo que sí, que hay responsabilidades por parte del hostigamiento que ha sufrido Cuba, sin dudas, pero también tenemos responsabilidad nosotros. No es solo el hierro que nos mandan de afuera, no no, es como hemos usado ese hierro nosotros. Pienso que el bloqueo hay que terminarlo, hay mucha gente que espera cosas de nosotros. Este país, yo creo que no se puede comportar con la normalidad, y pongo entre comillas esa normalidad, que esperan de él, porque no es un país normal. No es un país normal por lo que ha pretendido ser, en primer lugar y, tampoco es un país normal por el tratamiento que se le ha dado al ver lo que ha pretendido. O sea, muchas anormalidades nos rodean, propias y externas. Pero lo cierto es que ha habido mucho temor ante esas anormalidades, siempre entre comillas, que nosotros aspirábamos que se realizaran. Y si algún día realmente logran aplastar la idea de la Revolución, yo creo que siempre va a quedar lo terrible, sobre todo para ellos, es que va a quedar el bichito: “si nos hubieran levantado el bloqueo, ¿cómo hubiera sido la cosa?
Ese es el problema, yo creo que la deficiencia, que esos herrajes, el que esas alas se hayan transformado en herrajes, se debe a ellos y a nosotros. No podemos echarles toda la culpa a ellos, porque es mentira, nosotros sabemos que tenemos culpa también, y creo que vamos a ser mejor y vamos a ser más grandes si lo reconocemos y si las enfrentamos, sin miedo. Eso es lo que yo pienso.

La vida como único extremismo

¿El próximo disco con ángeles?  Se me acaba de ocurrir Cita en el infierno (se ríe).  Los ángeles vivos son los que animaron este disco. Si todos estuvieran muertos, yo creo que no hiciera ya ni canciones

Quiero que conste de una vez aquí

Apoyo completamente la actuación de esos muchachos (Calle13), y también lo que dijeron. Empecé a apoyarlos desde antes, desde que se planteó el Concierto Paz sin Fronteras, que no fue fácil compaginar unas ideas y otras, y ahí estuvimos todo el tiempo apoyando la idea de que se realizara. Y me parece maravilloso que jóvenes de Puerto Rico, del hermano Puerto Rico estén tan claros, sean tan solidarios, continúen esa tradición de solidaridad que siempre ha caracterizado la relación de nuestros pueblos y que digan cosas tremendas como las que dicen en sus canciones.
A mí me llamó la atención desde el momento en que supe que le habían hecho una canción a Filiberto Ojeda, hace mucho tiempo conozco la canción y me parece admirable.

Es hora de volver a hacer el viaje

Parte de esos jóvenes (los que participaron en el disco Segunda Cita) no están aquí hoy porque están dando a conocer su trabajo en el mundo. O sea que sí, que esos jóvenes constantemente están entrando y saliendo y participando del concierto juntos y revueltos, porque ellos trabajan juntos a veces, pero también trabajan con distintas agrupaciones.
Y respecto a trabajar con ellos, hacía años que Robertico (Carcassés) y yo habíamos hablado de la posibilidad, años, pero bueno lo voy a decir, más de 10, que habíamos hablado de la posibilidad de hacer algo en colaboración; pero a veces esas cosas se van tirando, uno no puede y el otro sí, y entonces a veces no hay coincidencia, por eso mismo de que uno está corriendo por un lado y el otro por el otro.
Siempre me ha gustado rodearme de músicos diferentes, que hacen diferentes cosas. Creo que mi discografía habla por sí sola. Cuando uno trabaja con otro músico aprende muchas cosas, y siempre cada músico tiene algo que enseñarte, y algo que aportar. Una manera de hacerla, una manera de entenderla, una manera de interpretarla, una manera de acentuarla, todo esto es muy enriquecedor. Si esas canciones yo las hubiera hecho, digamos, más o menos con los mismos arreglos, pero con otros músicos resultaría completamente distintas. Entonces es maravilloso que hayamos conseguido esto.

Y una pequeña luz para soñar

Este disco tiene como un común denominador que es un trío de jazz, o sea, bajo, piano y batería y a veces guitarra que yo puse también, eso es básicamente. Por momentos hay más percusión, por momentos hay metales, por momentos hay hasta cuerdas, pero siempre lo fundamental, el peso del disco, es ese sonido acústico del trío, o cuarteto. Es una experiencia. Yo he trabajado con jazzistas siempre, empezando por los del Grupo de Experimentación Sonora, todos eran jazzistas. Después Afrocuba, todos eran jazzistas, Irakere, Chucho, etc, siempre he trabajado con jazzistas, pero partir del trío así nunca lo había hecho, no sé por qué. Me gusta el trío porque siempre le vi un poco como un trío de jazz captando estándares, que son tan lindos esos estándares. O lo que le llaman estándares, que son esos temas, esas canciones, esas baladas de jazz, que se eternizan y que todo el mundo hace versiones de ellas…
Durante muchos años, no me preocupó en lo absoluto. No sabíamos, empezamos a cantar internacionalmente y no teníamos ni idea ni que se cobraba por cantar. Imagínense lo que es hacer, esto no lo digo yo solo lo ha dicho mucha gente, hacer lo que a ti te gusta y que además te paguen. ¿Tremendo eso, no? Entonces es como una bendición.
Yo nunca he estado en contra de que la gente se pase los discos. Soy yo de los que cree más en el copy left que en copy rigth.
Pero también creo, quizás no en mi caso, que soy un autor ya de más de 40 años, de autoría. Pienso en los autores nuevos, en muchos que a veces solamente hacen dos o tres canciones en su vida, y con esas canciones se mantienen, con las que viven, incluso su familia. No porque no hagan más, sino porque son las que tienen suerte, son las canciones que tienen suerte.
Y pienso, ¿cuál es el destino de esa gente? Y pienso, me pregunto, si es justo despojarlos de esa forma de vivir. Y creo que habrá que llegar a un entendimiento, porque está muy bien que la música se conozca, pero también yo creo que es justo que las personas, los que hacen un trabajo sea físico o intelectual, vivan de eso.

Reverdézcanse sol, luna y estrellas

Sobre Leo Brouwer: Yo no conocía a Leo desde el ICAIC, ya veníamos juntos del ICR, y Leo en esa época ya había incluso arreglado canciones mías para cantantes. El trabajaba allí en el ICRT como orquestador y como director, y ya él me había pedido algunas canciones para orquestarla para algunas personas. Y ya habíamos incluso intercambiado algunas impresiones respecto a problemas no tan musicales, sino más bien ético, vivenciales, y ya éramos más o menos amigos. Claro, el ICAIC me permitió el grupo, el aprendizaje, y conocer a Leo un poco más desde ese otro ángulo de Maestro.
Y aunque yo no tenía nivel, porque uno del grupo de Experimentación Sonora, si no el de más bajo nivel musical, uno por lo menos de los que tenían más bajo nivel musical era yo, porque no tenía antecedentes de estudios musicales. Había estudiado un poquito de música a los 7 u 8 años, pero muy alejando del tiempo. Yo era completamente empírico cuando llegué allí; y lo que se me pegaba de escuchar a algunos músicos dar opiniones, de ver como se hacían algunas cosas, pero todo muy empíricamente.
Entonces cuando llegué allí, y empecé a relacionarme con Leo, yo no tenía nivel para las clases que daba Leo y muchísimo menos para las clases que daba Federico Smith.
Federico Smith daba clases para graduados de composición del ISA, ahora los graduados de composición del ISA podrían entender, yo te diría esforzándose, algunas clases que daba Federico Smith.
Federico Smith estaba en otro planeta, estaba en otra galaxia, y Leo era un poquito más terrícola. Pero Leo, aunque yo no tenía nivel para entender las clases de Leo, Leo daba conceptualmente una serie de ideas que te eran muy útiles. Yo le llamaba, más que clases musicales, yo le decía a las clases de Leo “ética musical”. Leo te ayudaba a resolver cuestiones estructurales, te hacía un diagrama en la pizarra y no te hacía falta saber los intervalos como se movían, ni mucho menos. Con saber sencillamente un poquito de dibujo te dabas cuenta de lo que te quería decir.
Por ejemplo, Leo era capaz para explicarte un fenómeno estructural dibujando la hoja de un árbol. Primero la parte más gruesa, luego los filamentos que se desprenden de esa parte gruesa, y luego lo que comprende la hoja. Y a partir de eso te daba un sentido de lo que eran las estructuras, en lo que se basa una idea, en lo que se desprende de esa primera idea y en lo que todas esas ideas juntas pueden sostener, que es lo que hace la estructura de una hoja.
Una vez nos dibujó dos ejércitos. Uno era el de Napoleón, y así nos daba clases de ese tipo. Eso yo creo que lo puede entender cualquiera porque eran clases conceptuales.
Luego uno iba, y a la hora de componer, esas cosas arrojaban mucha luz sobre la materia en la que uno trabajaba cotidianamente. O por lo menos yo supe darle un sentido práctico a todas esas ideas. Porque pude hacer una analogía entre lo que él mostraba y lo que era específicamente mi trabajo. Yo creo que eso es lo que él quería. Así que la deuda que tengo con él es profundamente cultural y conceptual. Aparte de que también como amigo tengo una gran deuda.

Que todo niño quiere atesorar

(La canción de Silvio dedicada a Violeta Parra coincide contra que hizo Joaquín Sabina, dedicada también a la chilena). Mira, si es otro es una casualidad, pero si es Joaquín (risas), lo dudo.
Yo lo único que digo es que mi disco está terminado desde junio del año pasado (2009). De entonces a acá se ha hablado de ese disco hasta pa´ hacer dulce, y las letras se han publicado en todas partes, y yo sé cómo es Joaquín (risas).
Cuando digo yo sé cómo es Joaquín, qué quiero decir. Joaquín es mi amigo, mi amigo querido, y esto quizás sea una manera de hacerme una señal desde lejos. Además de reflejar la admiración que seguramente siente por Violeta Parra. Porque Joaquín es un gran admirador y un gran practicante de la música de Latinoamérica, se sabe todo lo ocurrido y no dudo que se sepa todas las canciones de Violeta Parra.
Pero lo más probable que haya sucedido es que Joaquín supo que ahí había una canción y dijo déjame colarme aquí. Es lo que yo pienso, vamos a ver que él me responde por eso.

Pero déjenme el brazo de Maceo

¿Tema que hubiera cantado junto a Violeta Parra? Como se llama, bueno “Volver a los diecisiete”, ¿no? “Volver a los diecisiete” es una obra maestra. Y también ese de… -tararea una melodía-… “La carta”, que fue la primera canción que escuché de ella. Es una canción que estremece…
De Violeta podría cantar muchas, casi todas. El capitán, es una obra de música contemporánea… Ya Violeta lo que se estaba proponiendo ahí era un sentido de la complejidad, la estructura, del desarrollo de la forma.

Hágase libre lo que fue deber

Ahora mismo no pienso hacer ninguna gira. Estoy haciendo música para cine en estos momentos. Yo tuve ahora un período, inmediatamente anterior, que me tuve que alejar de todo, de todo. Tuve hepatitis, para no hacerlo un misterio tampoco. Tuve cinco meses ahí, trancado. Y ahora estoy regresando, recién estoy regresando. Y tengo mucho trabajo acumulado. La música para dos películas para empezar. Una que ya comencé y la otra más grande todavía me espera y, no voy a tener tiempo inmediatamente de hacer muchas giras.
En algún momento me gustaría, sobre todo aquí en Cuba, cuando coincidamos todos los músicos que hicimos este disco, tocarlo un poquito por ahí. Tocarlo, para pasarla bien, para divertirnos, y en distintos ámbitos. Quizás no en lugares demasiado grandes, porque es una música que yo creo que se siente mejor, que es más sabrosa de sentir en lugares más pequeños.

Restauren lo decrépito que veo

Yo durante años renuncié a escribir la palabra amor. No porque no me interesara o porque no lo sintiera, sino porque a veces el amor es una cosa, es una palabra tan manida, se puede usar para todo. “Esto yo lo hice con mucho amor”, “aquello lo hice con mucho amor”, todo se hace con mucho amor. A veces es un poco ridículo.
Pero para hacer canciones, además de amor, hace falta estudiar un poco de otras materias, ¿no? Y practicar mucho romper papeles, “como gasto papeles…”; eso de cómo gasto papeles no es una frase poética era la verdad, llevaba horas rompiendo cosas y botando. Entonces hay que gastar muchos papeles, e invertir mucho tiempo y sacarse sangre de los dedos, a veces. Para que te quede bien un acorde, para que te quede bonito, o sea, hay que trabajar realmente para hacer canciones sobre lo que sea. Cualquier cosa que uno las quieras hacer, hay que trabajar mucho y por supuesto, también hay que sentir amor.

Y, para conducirlo, su razón

Si, es cierto, estoy desempolvando algunas cosas. Es probable que este año, este mismo año incluso, por lo menos pudiera salir un disco más. No solo cosas con el grupo Diácara.
Hay un disco con  Diákara  que empezamos una vez en México, que tratamos de continuar en otro país y se nos frustró. Yo creo que esa experiencia con Diákara fue importante. Quizás fue demasiado reciente de aquella cosa tan brillante que hubo con Afrocuba y a mí me parece que Diácara, pobrecito, pagó un poco esa casualidad. Porque cuando oigan ahora el trabajo musical que se hizo en ese momento es probable que mucha gente se quede asombrada. Porque no tiene nada que ver con lo que se hizo con Afrocuba, y sin embargo en un trabajo muy interesante, muy riguroso. Eran unos músicos, o son unos músicos extraordinarios todos. Andan por ahí. Y estamos, todo aquello que teníamos a medio hacer, que se nos quedó a medio hacer, ha estado Olimpia con la ayuda de Ana Lourdes, mezclándolo. Yo de vez en cuando me acerco, escucho un poquito, digo más o menos esto no, esto sí. Así, más o menos lo vamos haciendo. Yo creo que este año es muy probable que tengamos ese material.
Pero no solamente eso. Tengo un disco inédito con Afrocuba. Tengo un disco inédito con

Afrocuba que es el disco de los temas del repertorio que yo hacía con ellos. No son canciones

nuevas, eran las canciones viejas mías las que montamos juntos. Y las versiones realmente que

se hicieron con Afrocuba son espectaculares, los arreglos. Con la participación de todos

nosotros, pero que fundamentalmente escribieron ellos. Es muy probable que también

continuemos con eso, así que ahí hay material que podrá salir en los próximos meses.

Es hora de volver a hacer el viaje 

¿Cuánto acomodo queda por vencer y cuánto de

rebeldía por mostrar todavía? Bueno, no sé. Si, transgredimos cosas pero también nos

apoyamos en cosas ya hechas. En realidad inventamos poco. Lo que pasa es que la música y la

materia artística en voces diferentes siempre suena diferente; y el tiempo, el tiempo le va

imprimiendo una huella distinta a las cosas. Yo no sé, esa pregunta sería mejor que se la

hicieran a gente más jóvenes, ¿no? Porque yo sigo haciendo canciones, de hecho en estos días

he estado haciendo canciones, pero no creo que lo que yo haga de ahora en adelante sea, ni

mucho menos, lo más importante de mi obra. Yo creo que es a los jóvenes a quien hay que

hacerle esa pregunta y que las canciones de los jóvenes sean quienes la respondan.


A la semilla de José Martí

Ahora mismo estoy haciendo canciones con temas muy específicos. Esto te da una libertad relativa, porque siempre tienes que estar pensando, aunque hables con un lenguaje muy abierto, aunque hables de cosas que aparentemente no tengan que ver, siempre tienen que ver.
Ojalá se me ocurran canciones así, qué más quisiera yo. Yo mando pero hasta un punto, en eso. He tratado a veces de hacer canciones sobre ideas, sobre temas que me parecen necesarios a los que le faltan canciones y realmente no me han salido. Yo no puedo programar lo que hago. Puedo tener una idea y quizás puedo insistir en esa idea hasta que me vaya sensibilizando, a veces a fuerza de insistir como una gotica que va horadando la piedra, pero realmente no puedo programarlo. A veces no sale. Y eso mejor es no forzarlo. Creo yo, es mi opinión.

Agradecimientos de Silvio

Sí, me queda darle las gracias por habernos acompañado en este lanzamiento. Siempre es muy pero muy estimulante ver a tantos amigos, y a tantos que uno no conoce también, eso es tan estimulante como ver a los amigos.
Y me siento sinceramente, profundamente agradecido, con que ustedes hayan estado aquí hoy con nosotros. Muchas gracias. (Aplausos).
(Transcripción de la Conferencia de Prensa ofrecida por Silvio Rodríguez en la Sala Che Guevara de la Casa de las Américas, el 26 de marzo de 2010. Realizada por Keyttia Pintón Alemenares, del equipo de Cubadebate



PREGUNTAS ENVIADAS ON LINE

Alberto Montoya Alonso
Tropa Cósmica Almería-España
Colaborador de la web Cancioneros.com
Estimado Silvio: felicidades por la presente obra y gracias por permitirme
participar en este evento. Me tiraría tardes enteras de ron charlando contigo
y disfrutando de tu presencia, hoy me conformo con tres preguntas.
01-En Canciones como Segunda Cita o Trovador antiguo creo que subyace un sentimiento
de satisfacción en el sentido de 'misión cumplida' y una intención que no renuncia a seguir
haciéndolo mejor ,¿es el amor la mejor herramienta para la trasgresión cultural y social?
02-Y hablando de trasgresión social: Muchos cantautores/ trovadores , como tú mismo,
pertenecéis  a la  SGAE. ¿  El celo recaudatorio de la SGAE (que llega a cobrar derechos
de  autor en los conciertos benéficos y en las residencias de pensionistas) y el empeño  en
perseguir el intercambio de música a través de los programas p2p no supone
una contradicción con la función del cantautor/trovador como agente cultural ?
y  03-La Canción de Autor en España, La Nueva Canción Latinoamericana y la Nueva Trova
Cubana, nacieron con un indiscutible sello transgresor, ¿cuánto de acomodo queda por
vencer  y cuánto de rebeldía por mostrar?


AQUI DEJO UN PAR DE LINKS CON EL DISCO COMPLETO:



"El dolor que no curen los angeles.Ojala que no pueda volver la cancion que no canten los angeles, solo el viento la puede saber."
                                                                                                                                                       Silvio

http://www.boosterblog.es

miércoles, 31 de marzo de 2010

LOS ANGELES TAMBIEN CANTAN


Presentación

Se llama Segunda Cita porque hice un primer disco que se llamó Cita con ángeles y, recuerdo en la misma conferencia de prensa dije que veía venir la cita con los ángeles de mi tierra. En el interín hubo otro disco por el medio, porque a veces las canciones se van preparando. Uno va reuniendo material para los discos, buscando las canciones afines con lo que uno quiere decir, cuando tuve eso lo hice y por eso se llama Segunda Cita.

Las canciones

1. Hay canciones que piden y canciones que ofrecen. Toma intenta ser de las que dan.

2. Los que gobiernan la información mediática trazan paisajes ideológicos. Dicen que la “guerra fría” quedó atrás, pero siguen usando sus mitos discriminatorios. Tonada de albedrío empezó a tomar forma ante tergiversaciones del significado del sacrificio de Ernesto Guevara. Pero también tenía pendiente subrayar su idea, expresada en “El hombre y el socialismo en Cuba”, de que el socialismo no pretende intelectuales asalariados al pensamiento oficial.

3. La primera canción que le escuché a Violeta Parra fue La carta, que le dirigía a su hermano Roberto, injustamente preso. Desde entonces reconocí en ella un magisterio al que he tratado de rendir tributo de tres formas: queriendo su arte, a sus hijos y a su país. Lamento que en esta primera carta mía haya tenido que contarle algunas cosas tristes. Ojalá las próximas sean mejores.

4. Hace veinte años tome un avión hacia México en el que sólo iba otro pasajero: Gabriel García Márquez. Volábamos por un cielo de pocos amigos y nos fuimos dando ánimos el uno al otro. Mi compañero de viaje me contó que a veces se le ocurrían pequeños argumentos que después no sabía dónde meterlos, y que quizás eran canciones. Había uno sobre una novia abandonada que llevaba a cuesta sus regalos de bodas. San Petersburgo tiene de aquella historia inédita que tuve el privilegio de escucharle al gran escritor colombiano y, al mismo tiempo, es un tributo a la ciudad que habita el fantasma de Pushkin.

5. A César Portillo de la Luz lo conocí hace cuatro décadas. Por entonces lo perseguía por los bares nocturnos en que él cantaba. En la secuencia lo vi construir canciones con los interludios que improvisaba entre tema y tema. Él fue parte de mi ritual de iniciación y me alumbró con secretos del oficio de trovador con poca voz. Saber que la inmortal “Contigo en la distancia” la había compuesto el mismo año que yo había nacido fue algo que siempre me impactó. Odilio Urfé - pianista, musicólogo y persona inolvidable - llamaba a Portillo “el filósofo del bolero”. Demasiado se la dedico a César con mucha deuda y admiración.

6. Sea señora salió como un exabrupto. Es como un voto a la evolución política de Cuba, sin olvidar a dos pilares de nuestra historia.

7.  ”Nada hay más importante que un niño”, dijo José Martí. El Gigante es una canción con esa idea.

8. En 2008 los cambios climáticos castigaron el Caribe. En Cuba tuvimos ocho muertes, mas de 100 mil viviendas destruidas, muchas cosechas arrasadas, miles de millones en pérdidas. Después de tres ciclones y choqueados por los desastres, sobre nuestra isla parecía flotar un mal presagio. Huracán fue la música que me regaló una tarde oscura en que creí escuchar el saxofón de Charles Lloys. Después se lo conté a Robertico Carcassés y el llevó al estudio al estremecedor José Carlos Acosta.

9. Aunque parece una plegaria a un pasado glorioso. Bendita (o Yo fui una vez) fue compuesta para el documental “Mujeres de la guerrilla”, de Consuelo Elba, que narra el azaroso devenir de algunas de las mujeres que participaron en las luchas revolucionarias de la Sierra Maestra.

10. Desde cita con ángeles, compuesto entre el 11 de septiembre de 2001 y la agresión de Irak en 2003, me esperaban las citas de los ángeles de mi tierra… Cuba, como Prometeo, desafió los designios olímpicos entregados al fuego de los mortales. Pero nuestra luz reveladora también nos otorgó la responsabilidad de convertirnos en nuestros propios serafines. Por eso Segunda cita es la historia del ser piadoso que algunos llevamos dentro. Y por ser - como somos - portentos pretendidos, nuestros atributos pueden resultar más entusiastas que eficaces. Ni más ni menos que con los ángeles presuntamente verdaderos de la primera cita.

11. Cuando yo nací, las calles de San Antonio de los Baños llevaban nombres de patriotas. Nunca supe por qué alrededor de 1970 los sustituyeron por números arábigos. Poco después, refiriéndome a mi habanero barrio de San Leopoldo, escribí un verso que decía: “la ciudad se derrumba y yo contando”. Todavía era la infamia de las ruinas que llegaron a ser mi pueblo natal y Centrohabana… El coro de esta canción alude a un tiempo en que lo prístino respiraba y corría. Era la estación primigenia donde lo que hoy llamamos originario tenía que lugar para existir. Suerte y características consiguieron que algunas almas lograran superar el olvido. Sus huellas bordaron una bandera. Bajo ese emblema todav{ia marca lo reconocible del pasado, como una suerte de pelotón fantasma que va engordando con lo que sobrevive de cada era. Autores selectos se suman a la columna espectral que algunos llaman tradición. La regla de ingreso a esa memoria es convertirse en Trovador Antiguo.

12. En el cementario protestante de Roma hay una sepultura en que se lee: “Aquí yace uno cuyo nombre fue escrito en el agua”. Es el epitafio que se hizo a si mismo John Keats, poeta que vivió 26 años. Su texto lapidario inspiró Dibujo en el agua.

Silvio Rodríguez Dominguez
junio de 2009

1. TOMA (2008)

Toma fecha, toma hora toma sitio, toma sí.
Toma ubicación para encontrarme aquí.

Toma ojos, toma manos, toma cuerdas, toma voz.
Toma excusa para convertirme en dios.

Toma el mínimo alimento
que se te ofrece una canción
aunque solo sea un momento
de emoción.

Toma lo que va naciendo
cuando cuanto, cuando doy.
Toma y ve como trasciendo
lo que soy;

Toma mundo, toma sueño, toma viento, toma mar.
Toma lo que no se deja gobernar.

Toma beso, toma abrigo, toma amor, toma amistad
y convierte en opresión la libertad.

Toma el mínimo alimento
que se te ofrece una canción
aunque solo sea un momento
de emoción.

Toma lo que va naciendo
cuando cuanto, cuando doy.
Toma y ve como trasciendo
lo que soy;

2. TONADA DEL ALBEDRÍO (2007)

Dijo Guevara el hermoso,
viendo al África llorar:
que en el imperio mañoso
nunca se debe confiar.

Y dijo el Che legendario,
como sembrando una flor:
que al buen revolucionario
sólo lo mueve el amor.

Dijo Guevara el humano
que ningún intelectual
debe ser asalariado
del pensamiento oficial.

Debe dar tristeza y frío
ser un hombre artificial,
cabeza sin albedrío,
corazón condicional.

Mínimamente soy mío,
ay, pedacito mortal.

3. CARTA A VIOLETA PARRA (2008)

Mi siempre amada Violeta Parra
supe por una nube tu dirección.
Te escribe una guitarra
se te recuerda con devoción,
sólo para cantarte, sí,
cómo va la cuestión.

Por aquí abajo huelgan las maravillas,
la costumbra deserta de la piedad.
Reina la pesadilla
como suprema divinidad.
Ego, fama y dinero, sí,
bendita trinidad.

El afortunado
hace vista gorda
y el vilipendiado
carne de la horda.

Beso a Carmen Luisa,
novia del arcángel.
Quiero a la Chabela
y saludo al Ángel.

Las redes tejen muchos sueños para subastas;
la sangre ajena es un efecto especial.
La dignidad se gasta
como la piedra filosofal.
El lucho y la codicia, sí,
forman la patronal.

Mi querida Violeta, mándame aéreos,
voces de tu Universo en evolución,
para usar tu misterio
contra las plagas del faraón,
para que me den fuerzas, sí,
y una buena canción.

El afortunado
hace vista gorda
y el vilipendiado
carne de la horda.

Beso a Carmen Luisa,
novia del arcángel.
Quiero a la Chabela
y saludo al Ángel.

4. SAN PETERSBURGO (2008)

A Gabriel García Márquez

Sobre algún puente del delta del Neva,
la noche blanca cautiva y revela
cada suspiro de Elena.

Canta una troika con voz de abedules
y el as de espadas se bate entre nubes
para sus ojos azules.

San Petersburgo
juega al absurdo
con falsa claridad.
Y a quien no duerme
se le disuelve
la frágil realidad.

Sobre algún puente Elena soñaba,
y en el oscuro temblor de las aguas
una cigüeña volaba.

¿Qué hacen las aves
cuando no saben
la dirección del sur?
Buscando estío
surcan el frío
en alas del albur.

Sobre algún puente bordado de historias,
abandonada, lloraba la novia
su blanca noche sin gloria.

5. DEMASIADO (2003) (MP3)

A César Portillo de la Luz

Demasiado tiempo,
demasiada sed
para conformarnos
con un breve sorbo
la única vez.
Demasiada sombra,
demasiado sol
para encadenarnos
a una sola forma
y una sola voz.

Demasiadas bocas,
demasiada piel
para enamorarnos
de un mal gigantesco
y un ínfimo bien.
Demasiado espacio,
demasiado azul
para que lo inmenso
quepa en un destello
solo de la luz.

Demasiado polvo,
demasiada sal
para que la vida
no busque consuelo
en el más allá.
Demasiado nunca,
demasiado no
para tantas almas,
para tantos sueños,
para tanto amor.

6. SEA SEÑORA (2008)

Sea señora la que fue doncella.
Hágase libre lo que fue deber.
Profundícese el surco de la huella;
reverdézcanse sol, luna y estrellas
en esta tierra que me vio nacer.

A desencanto, opóngase deseo.
Superen la erre de revolución.
Restauren lo decrépito que veo,
pero déjenme el brazo de Maceo
y, para conducirlo, su razón.

Seguimos aspirantes de lo mismo
que todo niño quiere atesorar:
una mano apretada en el abismo,
la vida como único extremismo
y una pequeña luz para soñar.

Las fronteras son ansias sin coraje.
Quiero que conste de una vez aquí.
Cuando las alas se vuelven herrajes,
es hora de volver a hacer el viaje
a la semilla de José Martí.

7. EL GIGANTE (2008)

Un gigante,
cuando era infante,
lanzaba pedos
que daban miedo.
Y aquel bellaco
a un gran saco
fue traspuesto,
por molesto.

El gigante,
porque era infante,
gritó tan duro
que hasta el futuro
llegó su queja,
cierta y vieja
como un viento
descontento.

No se sabe si al fin la grey
supo tratar gigantes
poco elegantes,
pero de ley.

Dale a tu niño besos,
pues para eso
nos llora el rey.

8. HURACÁN (2008)

A Chárles Lloyd
y a José Carlos Acosta

Huracán huracán
que te llevas el mundo al volar
huracán huracán
que conviertes mi huerto
en campo desierto
huracán

Huracán huracán
encadena tu ferocidad
huracán huracán
y no sueltes
hasta que la muerte
sea culta en piedad

Huracán sobra bien
no arrebates salud
y no mires a quien
si es que llueves virtud

Huracán huracán
necesito tratarte y quedar
huracán no atormentes mi sol
demasiados celajes oscuros
soporta el amor

Huracán sobra bien
no arrebates salud
y no mires a quien
si es que llueves virtud

Huracán huracán
repasando de nuevo el hogar
huracán si te veo volver
no tendré otra elección
que afrontarte y vencer
huracán

9. BENDITA (YO FUI UNA VEZ) (2006)

A Consuelo Elba
y sus compañeras serranas

Yo fui una vez al monte
yo fui una vez al cielo
yo fui una vez sinsonte
yo fui una vez lo nuevo.

Lo nuevo
sinsonte
el cielo
y monte

Bendita, bendita aquella vez

Yo fui una vez la fuente
yo fui una vez ventana
yo fui una vez simiente
yo fui una vez lo mañana.

Mañana
simiente
ventana
y fuente

Bendita, bendita aquella vez

A la patrona yo le pediré en la ermita
Bendita, bendita aquella vez
que nos libere del bloqueo y de los trogloditas
Bendita, bendita aquella vez
que la salida y las entradas sean expeditas
Bendita, bendita aquella vez
para que la existencia de los hijos sea bonita
Bendita, bendita aquella vez
y que opinar deja de ser jugar con dinamita
Bendita, bendita aquella vez
a ver si la fraternidad humana resucita
Bendita, bendita aquella vez
a ver si al final la lucidez del alma nos visita
Bendita, bendita aquella vez
y llegue la oportunidad de ser cosmopolitas
dime Cachita

10. SEGUNDA CITA (2007)

Quisiera enmendar los comienzos
de todas las brumas.
Quisiera empezar cada lienzo
con mejor fortuna.

Quisiera pegarme unas alas
y en una cornisa
soplar una dulce balada
que esparza la brisa.

Quisiera viajar al pasado
de cierta muchacha
que andaba de noche El Vedado,
liviana y borracha.

Quisiera posarme en su vida
para convencerla,
para que con menos heridas
hoy pudiera verla.

El dolor que no curen los ángeles
ojalá que no pueda volver.
La canción que no canten los ángeles
sólo el viento la puede saber.

Quisiera ir al punto naciente
de aquella ofensiva
que hundió con un cuño impotente
tanta iniciativa.

Quisiera ir allí con las cruces
del tiempo perdido
y hacer un camino de luces,
sin odio ni olvido.

El dolor que no curen los ángeles
ojalá que no pueda volver.
La canción que no canten los ángeles
sólo el viento la puede saber.

Quisiera dar vuelta a la rueda
que para en lo mismo:
un simple mortal que se juega
abismo y abismo.

Y, antes de darle al perchero
mis alas de atrezo,
quisiera dejar como fuero
certeza y progreso.

El dolor que no curen los ángeles
ojalá que no pueda volver.
La canción que no canten los ángeles
sólo el viento la puede saber.

11. TROVADOR ANTIGUO (2008)

Sin brillantes conclusiones
ni versículos de fuego
sin palabras que hagan juego
con grandes decoraciones;
sin humos o presunciones,
más bien con talante exiguo
me declaro trovador antiguo.

Soy de donde los patriotas
daban nombres a las calles.
Soy de un río, soy de un valle
y de una familia rota.
soy de un pueblo en bancarrota,
de un San Antonio fiestero
donde hoy sólo el viento sopla entero.

El nuevo trovador antiguo
se acerca a la procesión.
Le dice adiós al mundo ambiguo
y pone pie en el caracol.
Escena sucedida tanto,
anónimo el compositor.
El horizonte es el espanto;
la miniatura, el amor.

También nací en Centrohabana,
rumba de supervivencia,
son de perdida inocencia
en clamor de pena urbana;
venerable afrocubana
de existencia fabulosa,
hembra sobrenatural y diosa.

Recorriendo sus esquinas
vuelvo a sentir la fragancia
de una calle de mi infancia
barrial y capitalina:
San Miguel, ángel en ruinas
de inmaculada bandera,
luz vitral de mi canción primera.

El nuevo trovador antiguo
se alinea con la procesión.
Le dice adiós al mundo ambiguo
y pone pie en el caracol.
Escena sucedida tanto,
anónimo el compositor.
El horizonte es el espanto;
la miniatura, el amor.

Ahora soy de la memoria,
ahora pertenezco al viento;
otro dirá en su momento
si fui más pena que gloria.
Lo que fue nuevo es historia
y lo que nace alza vuelo
con el sueño de tocar el cielo.

Partero fui de un futuro
escurridizo, inasible,
seguramente posible
si no le ponemos muros.
El amor es el más puro
néctar contra la tristeza.
Bienvenida su naturaleza.

El nuevo trovador antiguo
se alinea con la procesión.
Le dice adiós al mundo ambiguo
y pone pie en el caracol.
Escena sucedida tanto,
anónimo el compositor.
El horizonte es el espanto;
la miniatura, el amor.

12. DIBUJO EN EL AGUA (2009)

Me dibujó en el agua,
me imaginó y me creó,
Me dibujó en el agua
me despertó y me olvidó.

Me dibujó en el agua
con un creyón turquí,
pero miraba lejos
cuando sonreí.

Me dibujó en el agua
con ademán casual
y desde entonces fluyó
disuelto en el cristal.

Soy dibujó en el agua,
que imaginó y que creó.
Soy dibujó en el agua
que despertó y que olvidó.

Soy un dibujo en el agua,
sólo un dibujo en el agua.

Músicos

Silvio Rodríguez / Guitarra, voz y coros
Arreglos (1 y 12), diseño de vientos en El Gigante
Roberto Carcacés / Piano, coro y arreglos
(2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11)
Feliciano Arango / Contrabajo
Oliver Valdés / Batería y Percusión
Niurka González Núñez / Flauta y Clarinete
Haydeé Milanés Álvarez / Voz en Segunda Cita y coros
Nelvis Estévez Guzmán / Coros
Adel González Gómez / Tumbadoras
José Carlos Acosta Embale / Saxofón tenor
Juan Carlos Martín Esósegui / Trombón
Julio Padrón Veranes / Trompeta
Alexander Abreu Manresa / Trompeta
Liliana Serrano Fernández / Violín
Elizabeth Herrera Rodríguez  / Violín
Julio Valdés Fuentes / Violín
Silvio Duquesne Roche / Violín
Anolan González Morejón / Viola
Yosmara Castañeda Valdés / Viola
Denise Hernández Raveiro / Cello
Carolina Rodríguez de Armas / Cello

Gabración: Ing. Olimpia Calderón
Mezclas: Silvio Rodríguez y Olimpia Calderón
Asesor: Ing. Jerzy Belc
Asistente: Ernesto Estrada García
Masterización: Victor Cicard
Administador: Juan Mario Chávez
Fotos: SRD
Diseño: Moltó

Producción y dirección generales: Silvio Rodríguez Dominguez

jueves, 21 de enero de 2010

Silvio Rodríguez promete su «Segunda cita» para este 2010

El cantautor cubano, en entrevista con Telesur, anuncia para marzo el lanzamiento de su nuevo disco y confiesa que este es un encuentro pendiente que tenía con los ángeles de su país





Telesur
20 de Enero del 2010 11:44:45 CDT
Silvio Rodríguez habla de literatura y política, en la víspera del nuevo material discográfico, Segunda cita: «El día que presenté a la prensa Cita con ángeles (2003), que es un disco muy marcado por la agresión a Irak, mencioné que en algún lugar no muy lejano me estaba esperando una cita con los ángeles de mi país. Después me di cuenta de que en Cuba los serafines somos sencillamente los cubanos, porque la Revolución fue como Prometeo, que entregó el fuego, del saber, a los mortales».
Autor de una inconmensurable discografía, cabe mencionar: Días y flores (1975); Te doy una canción (1975); Cuando digo futuro (1977); Al final de este viaje (1978); Mujeres (1979); Rabo de nube (1980); Unicornio (1982); Tríptico (1984); Causas y azares (1986); Oh melancolía (1987); Silvio Rodríguez en Chile (1990); Canciones urgentes (1991); Silvio (1992); Rodríguez (1994); Domínguez (1996); Descartes (1998); Mariposas (1999); Expedición (2002); Citan con ángeles (2003); Érase que se era (2006) y Segunda cita (2010).
Silvio comparte diversas reflexiones con los lectores: «Cuba es tratada como a Prometeo y, además, con mucha hipocresía. Cada sol ve los abusos sin nombre que desde el capitalismo se cometen, pero el socialismo arrastra faltas que sus enemigos saben aprovechar. Hoy no basta con ser pacífico y solidario, ni alcanza con velar por el porvenir: hoy el socialismo debe emular y vencer las pautas de libertad que los consorcios mediáticos recomiendan. Ignoro si un socialismo que juegue y gane en esos campos sería proclamado Socialismo del siglo XXI».
MC.- Ediciones Ojalá publicó Canciones del mar (1996) y el año pasado salió de la imprenta un extenso Cancionero (2009), ¿habrá una tercera antología con esbozos de narrativa, partituras y poesía?, ¿quizás un libro con fotografías dispersas de su autoría?
SR.- Pudiera decirse que Canciones del mar llevaba treinta años escrito y que por eso no fue muy difícil organizarlo; para convertirlo en libro sólo tuve que redactar el prólogo. Cancionero surgió de Te doy una canción (2006), la antología que publicó Planeta, imposible de vender en Cuba, por el precio. Así que nos propusimos que la versión cubana fuera tan buena, o mejor: cambiamos el formato, pusimos otras fotos y dibujé las viñetas especialmente para la edición. Prácticamente hicimos otro libro. Agregamos ciertas canciones que aunque no están en discos tuvieron cierta relevancia. Por último añadimos algunas más, inéditas. En total no suman cuatrocientas. Respecto a un posible libro futuro, en estos momentos no sabría decirle.
MC.- La canción Segunda cita, dice: «El dolor que no curen los ángeles/ojalá que no pueda volver/La canción que no canten los ángeles/sólo el viento la puede saber». En Cita con ángeles encontramos referencias a las trágicas muertes de Giordano Bruno, José Martí, García Lorca, Lennon, Allende, Che Guevara y Luther King, ¿el más reciente disco lo imaginó en correspondencia al que grabó en 2003?, ¿cuál será el pretexto para la Segunda cita?
SR.- El día que presenté a la prensa Cita con ángeles (2003), que es un disco muy marcado por la agresión a Irak, mencioné que en algún lugar no muy lejano me estaba esperando una cita con los ángeles de mi país. Después me di cuenta de que en Cuba los serafines somos sencillamente los cubanos, porque la Revolución fue como Prometeo, que entregó el fuego, del saber, a los mortales. Es por eso que Segunda cita (2010) habla de una persona que se pone unas alas postizas y cuenta lo que haría si fuera un espíritu celeste. Este presunto ángel de la guarda comienza por quejarse de ciertas brumas. Parte de esa niebla se debe a mi creencia de que la llamada ofensiva revolucionaria de 1968 fue un error que todavía estamos pagando. Fue cuando el Estado decidió administrar todas las facetas de la vida nacional y comenzó el laberinto burocrático. Respeto a quien pueda pensar diferente pero, para mí, aquel traspié nos condujo hasta el nudo gordiano de hoy.
O sea que los dolores mencionados en Segunda cita son nuestros. Sea señora alude la evolución que la sociedad cubana necesita, invocando a Antonio Maceo y a José Martí, pilares de nuestra nación. Demasiado es un bolero que trata de hacer ver cómo los absolutos abruman y generan respuestas. Trovador antiguo es un tributo a mis dos orígenes: San Antonio (mi pueblo natal) y San Leopoldo (el barrio habanero donde crecí), desde cuyas ruinas me incorporo al olvido y voto por la vida naciente. Bendita, originalmente, fue concebida para un documental. En esta nueva versión agregué una rogativa a la virgen de la Caridad de El Cobre, la Patrona de Cuba.
La mayoría de los textos son acercamientos a la realidad cubana, unos más nítidos que otros. Estoy consciente de que un asunto tan específico puede limitar el interés por el disco, pero tampoco es la primera vez que me encomiendo a aquel proverbio indio que reza: cuenta tu aldea y contarás el mundo.
MC.- La canción San Petesburgo la dedica a Gabriel García Márquez. "Él una vez me regaló un argumento parecido para una canción. Era sobre una novia abandonada. Nunca lo usé y años después lo vi infiltrado en una de sus novelas". ¿Ha utilizado personajes de la mitología literaria más allá de Sinuhé y Camelot?, además de Gabo, ¿qué influencia reconoce del boom latinoamericano?
SR.- Hace unos veinte años tuve la suerte de ser uno de los dos pasajeros de un avión; el otro era el premio Nobel. Aquella nave solitaria volaba rumbo a México por un cielo más negro que un dolor y, entre muchos vaivenes, García Márquez me contaba que a veces se le ocurrían unas pequeñas historias, que no daban para novelas o cuentos, que posiblemente eran canciones sin música. En San Petersburgo, lo que más se acerca a lo que él me iba contando es Elena, la novia plantada, porque el resto puede parecer una historia de Pushkin o una película de Bundarchuk. Y la verdad es que no sabría decir por qué se me juntó el mar Báltico con el Caribe.
Pero si de referencias se trata, Poe está en muchas de mis canciones, y también Hoffman, London, Stevenson. Uno de mis primeros temas se llamó El tábano, por el personaje de la novela de Ethel Lilian Voynich. Jerusalén, año cero habla del Cristo, personaje bíblico. Cayó una estrella se la dediqué a Ray Bradbury, por su cuento Calidoscopio. Otras canciones han salido impregnadas de cine, como Epistolario del subdesarrollo, o de las artes plásticas, como Óleo de mujer con sombrero; y hasta del Holocausto, por un libro de dibujos infantiles del gueto de Terezín, en Checoeslovaquia. Es natural que haya bebido de García Márquez, de Vargas Llosa, de Cortázar, de Fuentes. Les debo mucho a Quiroga y a Rulfo, a Benedetti y a Galeano. Son grandes ilustradores que me acompañan. Borges es un encantador de inteligencias. También hay muchos cubanos habitando mis canciones: Martí, Juana Borrero, Villena, Tallet, Carpentier, Eliseo, Carlos Enríquez, Onelio Jorge, Lezama, Jesús Díaz, Nogueras, Fabelo y todavía algunos más. Y fíjese que no hablo de músicos, porque entonces sería lo de nunca acabar.
MC.- Declaró que sus primeras lecturas fueron: José Martí, Rubén Darío, Juan de Dios Peza, Nicolás Guillén y César Vallejo. ¿Y Neruda? lo pregunto porque la canción Más de una vez me recuerda al poema Sobre mi mala educación y Mi casa ha sido tomada por las flores parece que tiene un remitente en la residencia madrileña de Neruda antes de la guerra civil española
SR.- Supe de Martí, Darío, Peza y Guillén porque, cuando yo era niño, mi padre me los leía en voz alta. Con Vallejo me encontré en la adolescencia; me lo enseñó una musa llamada Emilia Sánchez, en una etapa en que yo, sin saberlo, buscaba voces que me identificaran. De Neruda todo el mundo me advertía que era «peligroso», que tuviera cuidado con él. Esto hizo que me le acercara con cierto sigilo y posiblemente un poco tarde. La «peligrosidad» de Neruda consiste en su poder de seducción y en que muy fácilmente uno se pone a nerudear, después de conocerlo. Pero eso ya me había sucedido con Vallejo, que me produjo un gran impacto; así que, cuando por fin llegué a Neruda, yo estaba a salvo, vallejeando.
Sobre mi mala educación pertenece a Estravagario, quizá el libro más fascinante, si lo hubiera, de Neruda. Recuerdo haberlo descubierto en mi primera visita a Chile, que fue en 1972. Sin embargo Más de una vez la escribí tres años antes, a bordo del motopesquero Playa Girón. Respecto al texto que se parece a Mi casa ha sido tomada por las flores, voy a buscarlo porque no recuerdo que hayamos sido presentados.
MC.- En 1972 viajó por primera vez a Santiago de Chile, al Séptimo Congreso de las Juventudes Comunistas, un año antes había conocido a una delegación de músicos chilenos; 1990 fue «el año chileno», y ahora incluye una canción sui géneris: Carta a Violeta Parra; ¿quién fuera Víctor Jara?, ¿quién pudiera pertenecer a la Nueva canción chilena?
SR.- Era la primera vez que visitábamos Latinoamérica y nos tocó ir a Chile, justamente durante el gobierno de la Unidad Popular. Nosotros veníamos de un país que había hecho una revolución armada. Chile mostraba el caso insólito de un socialista radical que había llegado al poder a través de las urnas. El Presidente Allende luchaba duro contra las injusticias, pero la furia reaccionaria se le enfrentaba en todas partes. Incluso algunos de la izquierda, que con hechos apoyaban su gobierno, lo agujereaban en la prensa. Cada día había huelgas, mítines y marchas; salir a la calle y enredarse en cualquier enfrentamiento era lo cotidiano. Nosotros, recién llegados, no entendíamos quiénes se daban golpes, pero imaginábamos que donde caían las bombas lacrimógenas encontraríamos compañeros.
Noel Nicola, Pablo Milanés y yo aterrizamos en aquel Santiago enloquecido, gracias a la invitación de Gladys Marín, que por entonces dirigía las Juventudes Comunistas de Chile. Nos había recomendado una amiga común: Isabel Parra. Ninguno de los tres éramos militantes, pero el interés directo de la secretaria general había conseguido que la Unión de Jóvenes Comunistas nos incluyera en su delegación.
El Ilushin soviético besó Pudahuel de madrugada. Hacía un frío espantoso, pero numerosas personas esperaban a los compañeros cubanos. En el conglomerado empezamos a distinguir cabecitas de cantores chilenos. Al primero que yo identifiqué fue a Víctor Jara, porque llevaba la misma gorra marinera de cuando lo conocí en La Habana. Aquel instante en que descubrí su sonrisa se me quedó tan grabado que siempre que llego a ese aeropuerto veo su fantasma. Desde entonces cuido de su recibimiento, así que me reviso antes de pasar por allí.
Entre lo sustancial que le debo a Chile está Violeta Parra. La primera canción que le escuché se llama "La carta". Por eso ahora le mandé estas líneas, que hubiera querido más alegres, aunque yo sé que ella me entiende. No conozco en extenso a los cantores del Chile más actual, pero sospecho que Patricio Anabalón y Francisco Villa son de los principales.
MC.- Santiago de Chile y Canción urgente para Nicaragua difícilmente podrían ser interpretadas en ambos países con la misma rabia que al ser escritas, dado que las circunstancias políticas han cambiado; ¿ha compuesto música y letra sobre el ALBA de Latinoamérica?, ¿escribirá algo sobre el golpe de Estado en Honduras?
SR.- Santiago de Chile apareció el 11 de septiembre de 1973, mientras la radio repetía que La Moneda estaba siendo bombardeada. No me parece que yo haya escrito esa canción, sino que yo fui escrito por ella. Estoy en cada línea, soy parte de su respiración. Canción urgente para Nicaragua nació de la admiración por el triunfo sandinista, pero con prisa, por eso lo de «urgente». Norma Elena Gadea me había invitado a un acto de solidaridad con Nicaragua que se iba a celebrar en Madrid y me dio vergüenza aparecerme sin un tema a propósito. Total: cuando llegué estaba tan indeciso que ni mencioné que llevaba una canción. Tiempo después se la canté a Juan Formell y le gustó, lo que me dio ánimos para estrenarla cuando fui a Managua.
Siempre he tenido dudas con el arte demasiado explícito. Siempre me he sentido poco seguro en ese mundo, aunque por curiosidad o ejercicio haya jugueteado con él. He admirado a grandes maestros de la poética del mensaje, como Carlos Puebla y Alí Primera. Pero para que yo escriba una canción, como suele decirse, «de contenido», tiene que salirme tan fluidamente que apenas me dé cuenta que lo hago. Esto no sólo me pasa con la política, también con otras motivaciones de cierta intensidad. Si pienso muy directamente en lo que estoy haciendo, se me materializa demasiado y deja de tener sentido, al menos en términos de invención, que es lo que yo disfruto.
Conversando puedo llamarle infame al golpe de estado en Honduras, que además revela lo que desea para el Sur cierta administración norteña. Tampoco tengo problemas en expresar que el ALBA intenta un modelo superior de relaciones en Latinoamérica y que espero que lo consiga. Me gustaría tener canciones convincentes, que volvieran al mundo solidario con Haití y con el drama africano; que generaran acciones que revertieran el cambio climático y acabaran con las guerras. Pero para que mis opiniones se hagan versos necesito del cortocircuito que me ha hecho escribir quizá no todas mis canciones, pero sí las que valen la pena.
MC.- Érase que se era y Epistolario del subdesarrollo, nos remontan a La Habana que las nuevas generaciones no conocimos, ¿cómo definiría el Socialismo del siglo XXI en Cuba?
SR.- No me preocupa cómo se llama o de qué siglo es el sistema que gobierna, siempre que sea convincente. El socialismo, como yo lo entiendo, es la forma más racional y justa de distribución, tanto de los recursos planetarios como de los bienes que producimos. Más cuando vemos el crecimiento de la población mundial y el agotamiento de las fuentes naturales. Pero han existido muchos socialismos. Del socialismo que yo puedo hablar es del que conozco desde hace medio siglo.
Cuando hace algunos años el gobierno cubano decretó que no se podría cambiar de sistema político, muchos defendimos nuestro socialismo, conscientes de los logros revolucionarios en la construcción una sociedad justa. Y no es que se nos escape que hasta las ideas más generosas hay que vigilarlas: vivimos en un mundo cambiante donde algunos conceptos, leyes e instituciones envejecen. Pero si en Cuba ha habido errores de gobierno no es menos cierto que muchas de nuestras dificultades se deben a que no cedemos a las imposiciones imperiales. Contradecir a los poderosos puede ser más cruento que llamarse de determinada manera. Basta con ver la cantidad de partidos y gobiernos que se hacen llamar socialistas, o de izquierdas, y nadie se molesta por eso.
Cuba es tratada como a Prometeo y, además, con mucha hipocresía. Cada sol ve los abusos sin nombre que desde el capitalismo se cometen, pero el socialismo arrastra faltas que sus enemigos saben aprovechar. Hoy no basta con ser pacífico y solidario, ni alcanza con velar por el porvenir: hoy el socialismo debe emular y vencer las pautas de libertad que los consorcios mediáticos recomiendan. Ignoro si un socialismo que juegue y gane en esos campos sería proclamado «Socialismo del siglo XXI». En cualquier caso, inmediatamente aparecerían nuevas tasas que superar, reales o imaginarias. Por eso, cuando aquella declaración de socialismo a ultranza, yo voté porque nuestro sistema fuera perfectible. No porque debamos satisfacer el gusto de quienes nos desprecian, sino porque cualquier sociedad humana, llámese como se llame, tendrá siempre el deber de superarse.
Luis Eduardo Aute lo supo poner en poesía:
«Que no, que no, que el pensamiento
no puede tomar asiento,
que el pensamiento es estar
siempre de paso, de paso, de paso
»
Los gobiernos de Estados Unidos y de Cuba llevan demasiado tiempo atascados en la misma política vieja y sin salida. La Casa Blanca debería levantar sin condiciones su injustificable bloqueo contra Cuba. Y el gobierno cubano no debería esperar al levantamiento del bloqueo para hacer algunas de las mejoras que nuestro país necesita. Para acercarnos a un ideal en el siglo XXI, aún tenemos que soltar mucho lastre.
MC.- Hablando de la vieja Habana, ¿el disco Expedición fue un regreso a la instrumentalización sinfónica aprendida en el grupo de Experimentación sonora del ICAIC?, ¿a partir de Mariposas podemos hablar un nuevo sonido, de una interpretación de orquesta de cámara en Silvio?
SR.- Sin lo aprendido en el Grupo de Experimentación Sonora no hubiera podido llegar a Expedición (2002). Pero para Expedición tuve que esforzarme todavía más, aunque tampoco alcancé lo que hubiera deseado. Para orquestar no basta escribir música. La orquestación es una especialidad en sí misma y requiere de estudios y experiencia. A falta de una formación adecuada, me asesoré técnicamente; los músicos sinfónicos también fueron muy cooperativos. Pero hoy pienso que si vuelvo a escribir para una orquesta grande lo podría hacer mejor.
Siendo una producción agotadora para mis fuerzas (incluso económicas), Expedición tuvo la mala suerte de salir cuando mi disquera histórica en España era absorbida por una trasnacional. Eso contribuyó a que no tuviera una cobertura adecuada. Aún así, y para mi sorpresa, tuvo muy buenas críticas en todas partes. Doy gracias a los locos que las escribieron.
Respecto al ambiente de cámara de Mariposas (1999), en gran medida se debe al elaborado sonido de la guitarra de Rey Guerra. El diálogo de los dos instrumentos acústicos ayuda a reforzar esa atmósfera. Sin embargo a mí me parece que el concepto de cámara empezó a rondarme desde mucho antes, cuando empecé a superponer guitarras en la trilogía del nombre y los apellidos. El arte trovadoresco puede considerarse, por definición, una forma de música de cámara.
MC.- En 2009 murieron Cintio Vitier y Mario Benedetti, el año pasado usted ofreció un recital A dos voces, con Roberto Fernández Retamar, un concepto de conciertos que solían hacer Daniel Viglietti y Mario Benedetti; ¿extraña las dos voces y presencias de los poetas Vitier y Benedetti?
SR.- Conocí a Mario Benedetti cuando los dos estábamos exiliados en Casa de las Américas. Él, del régimen militar uruguayo; yo, del extremismo de algunos de mis compatriotas de los años 60. Mario, con su portafolio y su modestia, parecía un pulcro oficinista que irradiaba ternura, más que el poeta tremendo que ya era. Desde nuestros inicios apoyó a la nueva trova, como cuando nos incluyó en aquel «diálogo con los jóvenes de Nuestra América». Así nos daba voz, y con ella responsabilidad. Lo recuerdo con Roque Dalton en los primeros conciertos que hicimos en CASA, siempre escuchando las canciones y dándonos aliento. Todavía después, cuando se fue a vivir a España, publicó una antología por allá. Yo he admirado sus cuentos magistrales, su insólita novela El cumpleaños de Juan Ángel (1971), o Primavera con una esquina rota (1982), donde percibo una especie de afinidad con mi vocación de tocar asuntos delicados, esos temas difíciles, porque si nosotros mismos no indagamos en nuestras contradicciones ¿qué vamos a esperar de los que no nos quieren? Mario, con más de 80 años, era el poeta más leído por la juventud hispanoamericana. Era un gigante que, cuando estaba presente, trataba de que no te dieras cuenta.
Cuando conocí a Cintio Vitier no me pasaban por la radio, pero algunas salitas me invitaban a hacer recitales. De muchas presentaciones que hice por entonces, recuerdo, entre el público, las cabezas muy juntas de Cintio y de Fina García-Marruz, presencias que me resultaban desconcertantes porque mi auditorio solía ser más joven, o así pensaba yo, y no de personalidades literarias como ellos. Luego los fotografié en el Parque Lenin, en la peña que Teresita Fernández hacía con el poeta Garzón Céspedes, lugar que atraía maravillas como ellos mismos, o como Marta Valdés. Su presencia en aquellos rincones sin anuncio enseñaba cómo algunos mayores podían ser afines a los espacios alternativos. Por entonces yo no sabía que también ellos eran incomprendidos.
Desde que vivían frente al parque de Vista Alegre les hacía visitas. Después seguimos encontrándonos en tertulias afines y en los hogares de sus hijos, Sergio y José María. Puedo decir que familias mediante, siempre junto a su inseparable Fina, me fue creciendo un gran apego hacia Cintio, que también era músico por un violín muy suyo y no de Ingres. Haber podido escucharle su serena sabiduría, su refinado humor cubano, su revelador conocimiento de Martí, y aquello de hacerme sentir a veces conversando con mi propio padre, son prendas que su amistad me regaló. Para colmo de deudas, uno de sus últimos escritos fue la nota entrañable que le dictó a Fina para la contratapa de Cancionero (2009). Muy cierto que se echa de menos a los poetas, pero quien conoció a Cintio y a Mario también extraña mucho a sus personas.
MC.- Finalmente, ¿cuándo saldrá su disco Segunda cita?, ¿ya hizo los trazos de una gira por Iberoamérica?
SR.- Segunda cita está terminado desde julio de 2009, pero tuve que salir a cantar por Latinoamérica y pospuse el lanzamiento para cuando regresara. Cuando volví a Cuba, en septiembre, me diagnosticaron una hepatitis que me obligó a hacer reposo y a postergar de nuevo la presentación. Los jóvenes músicos que me acompañan en este trabajo son formidables. El disco valdría la pena sólo por escucharles. Si acaso gustara, podríamos salir a mostrarlo; si no, esperaremos a hacer otro que deseen escuchar. Es muy probable que vea la luz en marzo. Pase lo que pase, creo que en Segunda cita también «he dicho lo mío a tiempo y sonriente».
Publicado en "Juventud rebelde"
Agradezco a Fabiana Padrón que me hizo llegar la nota (Pablo Ruoppolo)

Enlace: http://www.juventudrebelde.cu/
Letras: http://trovacub.com/pipermail/boletin_trovacub.com/2009-July/004572.html
http://trovacub.ning.com/profiles/blogs/textos-y-comentarios-de